DIARIO DE UN DESLIZ
10-5.- Estoy acojonada. Llevo 20 días de este mes más el mes
pasado y la regla sigue sin bajarme. Estoy de los nervios y no puedo
disimularlo. Necesito contarlo a alguien pero no me atrevo porque no sé cómo
van a reaccionar o si me van a guardar el secreto. Lo más seguro será pedirle a
Sonia que me diga las pruebas que le hicieron a su hermana cuando aún estábamos
en el insti. No he notado ninguna de esas cosas raras que pasan a las
embarazadas. No sé, igual es que aún es pronto ¡Qué rollo de mierda, en menuda me
he metido! Y todo por aquel puto botellón, que perdimos la cabeza.
11-5.- Hoy en la clase de formación básica han venido unas
educadoras sociales y nos han juntado a las chicas de comercio y a las de
peluquería. Son unas enrolladas. Nos han estado haciendo unos juegos y unas
encuestas divertidas pero muy serias. Nos han dejado claro que a los tíos no
hay que permitirles un mogollón de cosas. Que si te quieren controlar el móvil,
que no quieren que te mire nadie, que te echan broncas porque no haces lo que
quieren y más. Creo que Joni no es de esos pero me da que tendré que tomar nota
por si se pasa. Hoy Sonia no ha venido a clase y no he podido quedar con ella.
La muy guarra habrá hecho pira y mañana pondrá carita y dirá que ha estado
enferma. He estado con Joni en el recreo pero no le he dicho nada, aunque creo
que nota que estoy rara y se ha mosqueado un poco.
12-5.- Ha aparecido Sonia. Resulta que ha tenido que
acompañar a sus hermanos pequeños porque su madre tenía que llevar a la abuela
al médico. No se lo cree ni ella. Al final le he sonsacado que su Santi también
faltó y con la disculpa se fueron a la lonja de su hermano. Ya le he dicho lo
que nos contaron ayer, pero ella dice que son tonterías, que su chico es muy
cariñoso y no le importa que le mande. En el recreo nos hemos ido a los
soportales de la iglesia para estar solas y le he contado lo mío. Me ha
prometido que va a guardar el secreto, que no se lo va a decir ni a Santi. Me
ha dicho que las pruebas hay que comprarlas en una farmacia. Hemos quedado que
ella pregunta el precio y que yo preparo el dinero. Estoy que me como las uñas.
13-5.- Tengo que esperar al fin de semana porque con la
movida de las fiestas del barrio me he quedado sin blanca. Hoy ha habido movida
a la salida del centro. Santi se ha currado con uno que estaba intentando
quedar con Sonia. Parecía que estaba contenta, pero yo le he dicho que pase de
estos rollos de los tíos. Joni sigue mosqueado porque no hace más que decirme
que estoy rara y que parece que ya no quiero saber nada de él, pero aún no me
atrevo a decirle nada. Me da mucho corte y tengo miedo a que se eche para atrás
y me deje. No sé por dónde empezar. Creo que mi madre aún no se ha dado cuenta
de que llevo tiempo sin la regla. A ver qué se me ocurre para disimularlo.
14-5.- Hoy lo he pasado fatal cuando nos hemos juntado con la
cuadrilla para ir a la zona y pillar algo. No podía aguantar el olor del costo,
y eso que siempre me ha gustado, me daba náuseas. Sonia se ha dado cuenta y me
ha ayudado a disimular cuando me han pasado el peta y yo me he hecho la loca.
Ya no puedo seguir disimulando si me empiezan a dar náuseas por cualquier cosa.
Creo que para mañana me voy a hacer la enferma y no voy a salir. A ver cómo se
lo explico a Joni sin que se termine de mosquear y me mande a la mierda. Le he
dicho a Sonia que ya tengo guita para lo de la prueba y el lunes vamos a la
farmacia. Vaya domingo de nervios que me espera.
15-5.- Vaya domingo. He estado encerrada en casa casi todo el
día. Me he levantado tarde y le he estado ayudando a mi madre a hacer algunas
cosas de casa para entretenerme y que la vieja me suelte algo más de pasta sin
protestar. Antes de la comida me he dado una vuelta con Sonia y con su prima
para airearme. Están buscando un regalo para una primita suya que acaba de
nacer y les he acompañado a mirar escaparates y en unas tiendas de chinos.
Cuando se ha ido su prima hemos quedado para lo de mañana. Después de comer no
he dicho nada y me he apalancado en el sofá tragando todas las chorradas que ve
mi madre en la tele. Para remate, ha aparecido mi abuela Carmen a tomar café y
se ha quedado un buen rato aprovechando que mi padre se había ido al fútbol. Se
ha puesto bastante pesadita, como que le sentaba mal que yo estuviera en casa.
He terminado por soltarle una fresca y me he llevado una bronca de mi madre.
Estas viejas se creen que tienen derecho a meterse en todo lo que no les importa.
Luego ha sido mi madre la que me ha sometido a interrogatorio: que qué raro;
que si he reñido con Joni; que me pasa algo o qué me duele; que por qué tengo
que contestar así. No le he dicho nada y solo me he encogido de hombros, pero
al final me he hartado y he acabado chillándole que me dejara en paz. Creo que
ahora la voy a tener encima vigilándome, lo que me faltaba.
16-5.- La tía de la farmacia ha sido una borde. Nos ha mirado
con una sonrisita de desprecio y nos ha dicho lo de los colores como quien no
quiere la cosa. Nos hemos leído como tres veces las instrucciones para no
equivocarnos, pero he sido incapaz de hacerme la prueba de los nervios que se
me han puesto. Hasta se me han quitado las ganas de mear. Como me ha visto tan
alterada, Sonia me ha dicho que lo guarde y que me haga la prueba cuando esté
más tranquila. No he dado pie con bola en los ejercicios del TPV, he estado
atolondrada y la profe me ha tenido que llamar la atención varias veces. Al
salir del taller he visto que se juntaba con el profe de formación básica.
Estoy segura de que hablaban de mí. No me atrevo a hacer la prueba a solas, así
que he quedado con Sonia para irnos mañana por la tarde detrás de las tapias de
los almacenes de Mega Park. No sé si voy a ser capaz de dormir.
17-5.- Positivo ¡Mierda, qué imbécil soy! ¿Qué hago, qué
hago, qué hago? He estado toda la tarde llorando. Si no llega a estar Sonia me
hubiese quedado tirada allí. Vaya ruina que me he buscado. Hemos quedado que
hay que hacer algo y que de entrada no se lo decimos a nadie, pero no puedo con
este secreto a cuestas. Lo peor es que no sé por dónde empezar. En casa se
puede montar la de dios, así que por ahí no. Se lo tendré que decir a Joni,
pero solo pensar que me diga que no quiere saber nada, me puede dejar hundida.
Sonia me ha llevado a su casa y allí me he lavado bien la cara y me he
tranquilizado un poco. Como en esa casa todo el mundo entra y sale a su aire,
no se ha notado mi presencia. Mañana tengo que tener cuidado en el centro para
no estar atontada, porque creo que va a ser otra noche sin dormir.
18-5.- Sonia me ha puesto muy nerviosa porque le he visto
hablar con la Susi y no me fío de esas gitanas. Luego me ha tranquilizado y me
ha dicho que le ha ido con el cuento de que una prima suya estaba embarazada y
que quería abortar en secreto. Le ha dicho que conoce a una vieja que sabe
hacer eso a condición de que lleve pocas semanas y que si está interesada le
preguntará el precio. Me he cabreado y le he chillado. Cómo se le ocurre tratar
con esas y, además, si ni siquiera sé si lo quiero o no, y ya me dice que
abortar. Me ha contestado que es lo que ella hubiera hecho inmediatamente. Le
he agradecido su ayuda pero me sigue pareciendo una locura. No voy a tener más
remedio que contárselo a Joni porque si no se va a mosquear del todo y solo me
faltaba que me dejara sola.
19-5.- Mi madre me sigue vigilando y agobiando con sus
interrogatorios. No sé hasta cuándo voy a aguantar. Le he pedido a Sonia que me
acompañe para contárselo a Joni, pero me ha dicho que eso es cosa de dos y que
me las arregle. En parte tiene razón, y en parte creo que está molesta por lo
de la gitana. Hoy me han vuelto a dar arcadas en el taller y he disimulado como
he podido. Tengo un cuerpo horroroso y con este estado de nervios no puedo más.
He estado con Joni esta tarde pero se nos han pegado dos de su cuadrilla y yo
me he estado todo el rato con cara de palo y al final no tenía el cuerpo para batallas.
Si no consigo dormir esta noche mañana se me van a caer las ojeras hasta el
suelo. Lo único que sé es que tengo miedo, esto es una pesadilla y, lo peor, es
que no tengo ni idea de lo que quiero hacer.
20-5.- He estado pensando mil formas distintas de cómo
decírselo a Joni. He esperado hasta la salida y le he dicho que nos teníamos
que ir solos sin pararnos con nadie, lo que le ha puesto a la defensiva. Ha
empezado a decir que ya sabía él que pasaba algo y yo le he soltado sin más que
estoy embarazada. Se ha quedado pálido y me dicho que si era una broma. Al
principio ha reaccionado mal como diciendo que él no tenía nada que ver en eso,
pero cuando le he recordado el famoso botellón en el que nos pasamos de
frenada, se ha quedado en silencio. A mí ese rato de su silencio me ha parecido
una eternidad y le he vuelto a decir que a ver qué hacemos. Se ha encogido de
hombros y ha dicho por lo bajo algo así, pues si lo hemos hecho habrá que
seguir adelante. Le he empezado a hacer preguntas del trabajo, de los padres,
de la casa y de todos esos líos de vivir juntos. Y cuando se me ha ocurrido
decir que igual tenemos que abortar, me ha dado un berrido qué dices tía, no me
rayes y déjame pensar. Ha echado a correr y me ha dejado con la palabra en la
boca y con la angustia en el estómago. Le he gritado cuando se iba que de
mañana no pasa la respuesta. Espero que por ahora no se lo cuente a nadie más y
menos a sus padres. Yo le quiero de verdad a Joni y él, a su manera, creo que
también a mí. Llevamos ya juntos desde la salida del insti, más de dos años, y
nos hemos entendido bien. Me da miedo también que ahora rompamos y me deje sola
por esto. Creo que en estos momentos tendría que rezar, pero se me ha olvidado,
fíjate, desde la primera comunión…
21-5.- He estado toda la mañana pendiente de pillar a Joni
pero me han dicho los de su taller que no ha venido a clase. Ya le vale. Por si
fuera poco, Sonia ha seguido tiesa y ya no quiere hablar del tema. El profe de
formación básica me ha llamado y me ha dicho que voy a tener una sesión de
tutoría. Va a llamar también a mis padres para que estén presentes. Supongo que
será lo que vi el otro día que hablaba con la de taller y, para remate, cuando
estábamos haciendo la práctica de almacén me ha dado un mareo. No sé si he
conseguido disimularlo y me he ido corriendo al váter, pero cuando he vuelto me
he encontrado con su miradita. He ido a llamar a Joni a su casa y me ha
contestado un hermano suyo que había salido a buscarme.
22-5.- He quedado con Joni a la entrada para irnos a los
soportales durante el recreo. La profe de taller ha vuelto a la carga y ha
entrado de lleno. Me ha soltado en forma de pregunta lo que ella parece que
sabía, que si estás embarazada; que por qué no has dicho nada; esas cosas hay
que hablarlas; que qué dice tu familia; que si conoce al padre ¡Joder, qué tía
más bruja! Me habrá estado espiando y esto me hace suponer de qué va a tratar
la tutoría. Me he estado encogiendo de hombros como toda respuesta y me ha
dicho que si quiero hablar que cuente con ella. Siempre me ha parecido una tía
legal, pero no me apetece que meta las narices en esto. He estado volada hasta
la hora del recreo. Se lo he contado a Joni y le he pedido que no diga nada,
aunque se puede suponer que él está en medio porque llevamos saliendo tiempo.
Luego me ha dicho que a su familia no le importa que tengamos el niño y que a su
madre le gusta lo del nieto. Me he echado las manos a la cabeza, porque su
madre es una cotilla de cuidado, aunque Joni me ha asegurado que le va a
guardar el secreto. No entiendo nada, si en su casa andan a la última pregunta
y está todo manga por hombre y dicen que uno más no importa. No me atrevo a
contárselo a mi madre, aunque le he prometido a Joni que lo voy a hacer ya.
Pero yo sigo sin saber qué quiero hacer. Estoy cada día más aturdida y ya me
empieza a rayar que esto se empiece a saber y que me asen a preguntas.
23-6.- Esta noche no he pegado ojo y ha sido el peor día de
mi vida con diferencia. Estoy escribiendo esto para desahogarme y son las tres
y media de la noche. Esta mañana ha llegado la hora de la temida tutoría y mi
madre andaba con retraso, como es su costumbre. Yo no sabía qué hacer con las
manos y era incapaz de mirar al tutor a la cara. Ha empezado a soltarme la
típica chapa del rendimiento, de las distracciones y tal. Se ha presentado por
fin mi madre y el tío va y suelta de entrada que como estoy embarazada me
cuesta seguir el curso. A mi madre le ha dado un ataque y me ha preguntado
fuera de sí que si era verdad. Solamente he podido mover la cabeza para decir
que sí. Entonces ha comenzado a llorar a voz en grito. El tutor se ha acojonado
y venga a pedir disculpas porque pensaba que mi madre ya lo sabía. Podría
haberlo preguntado antes el listillo de él y no monta ésta. Ha salido corriendo
a por un vaso de agua y entre tanto mi madre me ha soltado la mayor hostia de
mi historia y se ha puesto a gritarme como una posesa, qué bochorno, me lo
tienen que decir aquí y esas cosas. Cuando ha llegado el tutor con el agua, mi
madre se lo ha agradecido y le ha dicho que antes de nada había que aclarar
unas cuantas cosas entre nosotras. Me ha agarrado del brazo y me ha sacado casi
a rastras. No soy consciente de lo que ha pasado en el trayecto a casa,
solamente oía la voz de mi madre como un martillo que me iba pegando cada vez
más dentro: es esto lo que te hemos enseñado; cuántas veces te he dicho; qué
pensabas que no se iba a saber; ya verás tu padre; qué vergüenza para la
familia y todo eso que supongo se tiene que decir en esas ocasiones. Me he
encerrado sin comer en el cuarto nada más llegar a casa y he estado llorando
hasta que me he quedado adormilada. Mi madre me ha llamado para cenar. Ya había
llegado mi padre y suponía que le habría puesto al día. El viejo tenía un
careto de dar miedo. Como de costumbre mi madre le habría calentado la oreja y
me iba a decir lo que le había mandado ella, pero no fue así: que en casa no
había ni sitio ni pelas para uno más; que, si estaba pensando en tenerlo, él no
me iba a decir que no, pero que lo criara yo o el que te lo ha hecho. Terminó
de cenar y se marchó a la cama sin más. Luego vino el repaso de mi madre.
Suponía que era de Joni y me preguntó si la familia lo sabía. Cuando le dije
que les parecía bien tenerlo, se subía por las paredes del cabreo: que ni
hablar; que no tienen fundamento si les conoceré yo; si lo tienes al final
vamos a acabar nosotros criándolo; qué vais a hacer sin oficio ni beneficio;
que abortas y se acabó. Y aquí estoy dándole vueltas a la cabeza a todo lo que
he tenido que escuchar. Creo que mi madre tiene razón en bastantes cosas que me
ha dicho, pero no entiendo por qué se va a empeñar en que aborte. En fin voy a
intentar dormir, no entiendo nada.
24-5.- Me he presentado en el centro con una cara de zombi
que no me conocía ni yo. Joni se ha asustado al verme y le he contado todo en
el recreo. Esta vez sí que ha venido Sonia conmigo. Parece que el rumor se ha ido
extendiendo entre la gente y ya hay muchos que nos miran con cara rara. He
tenido suerte porque las compis de clase me han tratado bien sin meterse,
excepto la pedorra de la Susi que ha tenido que soltar alguna pulla. Sonia
opina como mi madre y me ha recordado que ella ya se había adelantado en esa
solución. Joni, en cambio, estaba indignado y dispuesto a que de abortar nada, que
lo criaba su familia. Lo que más le ha cabreado es lo que mi madre ha dicho de
su familia, pero, en eso, ella tiene razón. Joni ha quedado en consultar con su
madre las ayudas que nos corresponden por tenerlo. No sé si voy a seguir yendo
al centro porque no me estoy enterando de nada y creo que todo el mundo me mira
raro. Todos tienen algo de razón pero al final veo que soy yo quien tengo que
decidir y no sé qué hacer, ni a quién creer, ni me atrevo a tomar una decisión
¡Quiero morirme, por favor!
25-5.- El Lozas ha empezado a tocarle la moral a Joni entre
risitas durante las primeras horas y al salir al recreo se han sacudido de lo
lindo. En seguida me han avisado y hemos ida a separarles. Menos mal que ha
sido fuera del centro, que si no les cae una sanción de las gordas y ya solo
nos faltaba eso. El director les ha llamado para aclarar el tema. Al menos yo
tengo la suerte de que mis compis me apoyan. A la salida hemos vuelto juntos y
Joni me ha dicho que su madre ha conseguido, en plan urgente, una entrevista
con su asistente social, que es una mujer muy maja. Otro rollo más, pero habrá
que ir para ver el tema de las ayudas. Eso sí le he puesto de condición que con
su madre no, que si viene ella me voy yo. Esta tarde se ha presentado mi abuela
y se ha puesto impertinente no, lo siguiente de lo siguiente. No la aguanto y
les he dejado con la palabra en la boca encerrándome en el cuarto. Mi madre me
ha llamado para que volviera, que no sea mal educada, pero no le he hecho caso.
Estoy hasta las narices de que todo el mundo me diga lo que tengo que hacer o
me sermonee o se hagan los sabelotodo o adivinos, que lo veían venir y esas
chorradas que todo el mundo te suelta.
26-5.- Joni me ha dicho que tenemos que pedir permiso para
salir mañana a la cita con la asistente social. La profe de taller ha
aprovechado la ocasión para volver al ataque. Le parecía muy bien que fuéramos
a hablar con esa señora porque no solo nos hablaría de las ayudas sino que os
podía orientar para tomar las decisiones adecuadas. ¡Oh no, eso va a ser otra
chapa y a ver por dónde nos irá a salir! Le he contado lo de la entrevista a mi
madre y no ha querido saber nada de ayudas. Me ha dicho que esos son pamplinas
y que al final nos vamos a encontrar solos y a ver de qué vamos a vivir sin
trabajo con esas miajas que dan. Le he contestado que Joni está dispuesto a
trabajar de lo que sea y se ha echado a reír. Me ha dicho con desprecio que
dónde le van a coger con esas pintas, con los pirsin y con esa cara de crío.
Como no tenga algún familiar que le coja por misericordia, a dónde va a ir.
Además su padre no tiene ningún trabajo fijo y anda a salto de mata. Yo tendría
que acabar los cursos de comercio, y cómo me iba a poner a trabajar recién
parida. En fin que me ha puesto todo más que negro.
27-5.- La asistente social ha sido cariñosa con nosotros. Me
ha preguntado que qué tal estaba, lo síntomas, los nervios y si había tomado
alguna decisión. Ha intentado tranquilizarnos. Luego nos ha explicado lo que
nos correspondería por el recién nacido, por ayuda de casa si no podíamos vivir
con alguna de nuestras familias y una serie de cosas que me han sonado a chino.
De todos modos nos ha dejado bien claro que las cosas están difíciles, que hay
cada vez más recortes, que para cuando dé a luz es probable que las condiciones
hayan cambiado y no suele ser a mejor. Luego ha cambiado de discurso y nos ha
dicho que, si optábamos por no tener la criatura, ella también podría
orientarnos, pero que antes de tomar una u otra decisión lo consultemos con
ambas familias y luego volviéramos para hacer un plan. He salido más confusa
que cuando entré. Al final va tener razón mi madre, que lo de las ayudas es
eso: ayuda, pero no resuelven lo principal. Y con la consulta a las familias la
tenemos montada tal y como piensa cada una. Joni ha salido más contento porque
cree que algo nos saldrá, que podemos contar con la ayuda de su familia más lo
que nos den. Claro, que tendríamos que ir a vivir a su casa o a la de algún
familiar suyo, porque en mi familia no lo van a consentir y yo por ahí no paso
porque no les trago. Bastante tengo con los míos para meterme en otra. No me he
atrevido a decirle nada pero ahora sí que no sé por dónde salir. Comenzaba a
hacerme ilusión al verle animado de que sería bonito y posible salir adelante,
pero no sé cuánto íbamos a aguantar siendo tan jóvenes. Además se acabó la
vida, ya no podríamos hacer nada ni cuadrilla, ni estudios, ni salidas, esa es
otra en la que no había pensado. Al final solamente tengo la garantía de mi
familia y entonces ya sé a qué me tengo que atener. He intentado explicarle a
mi madre lo que nos han dicho, la postura de Joni y mis dudas, pero ha seguido
en sus trece, de venirnos a casa nada, que decida yo.
28-5.- Le he dicho a Joni que me encuentro en un callejón sin
salida y que en este plan no nos puede salir nada bien. He decidido abortar y
que me lo montaré con mi madre. Se ha cabreado mucho y me ha llamado de todo,
de fulana para arriba. Para terminar me ha soltado que rompe conmigo, que ahora
ve cómo soy y que no quiere volver a verme. Me ha dejado hecha polvo y más
aturdida de lo que estaba. Ahora solo me queda esperar a ver cómo nos
organizamos mi madre y yo, pero no me puedo quitar de encima la angustia de que
estoy haciendo algo horrible. No sé si voy a ser capaz de superar esto. Antes
de empezar ya me duele por dentro. Es muy fácil que me digan que tengo que
empezar de nuevo. Además estoy segura de que me va a costar mucho olvidar a
Joni. Le he querido de verdad. Esta va a ser una movida seria que va para largo
y voy a tener que oír y aguantar de todo. Menos mal que, por ahora, puedo
contar con Sonia para hablar de estas cosas y creo que me va a hacer mucha
falta.
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